¿Qué es el Slow Fashion?
Principalmente es un estilo de vida, una forma de pensar y de consumir moda. La idea es que, de una forma consciente y calmada se cuide al detalle el proceso de producción para conseguir una gran calidad y sobre todo una gran durabilidad. Se intenta, sobre todo, que sea sostenible tanto la confección como el resto de la vida de la prenda. La moda lenta pretende echar el freno en un mundo en el que la ropa se actualiza cada muy poco tiempo y hay un gran desecho textil a nivel social, lo cual es bastante negativo por la sobreproducción y la poca sostenibilidad que eso conlleva. Hoy en día, la industria de la moda está en el “TOP 3” de las más contaminantes del mundo y es algo que los slowfashionistas tienen intención de cambiar. Asimismo, pretende que tanto el impacto ambiental, como el impacto sobre las personas sea el mínimo posible.
La moda lenta es algo muy personal, un movimiento que comenzó por una sobreexplotación de la propia industria y cada vez, está más extendido en el mundo. Incluso hay diseñadores que ya apuestan por este método para llevar a cabo un negocio textil más pausado y concienciado con el medio ambiente. Cada persona que decide llevar este estilo de vida o en caso de los diseñadores, este tipo de negocio acaba haciendo un trabajo muy profundo a nivel personal para cambiar su forma de pensar, de ver la moda y aprender a valorar los recursos limitados que nos ofrece la tierra.
¿Qué es el Fast Fashion?
La moda rápida es la más conocida en el mundo, posiblemente nunca le hemos puesto nombre, pero en definitiva es la industria de la moda como tal. Creaciones y confecciones de estilos, ropa, tendencias, accesorios y todo lo que tenga que ver con la moda en poco tiempo. ¿Y por qué se le llama moda rápida? Muy sencillo, de una temporada a otra se desechan o “pasan de moda” los outfits anteriores y creamos unos nuevos. Esto suele pasar varias veces al año y por ello estamos frente a una industria masificada y que respeta muy poco el medio ambiente y los recursos.
¿Cuántas veces hemos visto que una prenda de vestir pasa de moda en cuestión de meses y decidimos no usarla más o deja de venderse? Pues eso es la Fast Fashion. Una mentalidad social, un negocio por parte de los diseñadores y un estilo de vida que considera que la ropa es para usar y en cuanto haya algo nuevo, tirar.
El principal atractivo de este tipo de moda rápida es lo versátil de la misma, es decir, podemos elegir entre una gran variedad de estilos, prendas, formas y diseños. Lo cual, nos lleva a un consumismo casi extremo de moda. Es un catálogo sin fin al alcance de cualquiera que quiera gastar unos euros en ropa. Y puede que realmente no te haga falta esa prenda que compras, pero lo haces porque tienes la facilidad de hacerlo. Además, la moda rápida está al alcance de cualquiera porque se da tanto en alta costura como en opciones muy económicas. Podemos encontrar ropa de deporte, ropa de fiesta, ropa de diario o ropa para ir a trabajar. Siempre vamos a tener miles y miles de opciones para no pararnos a pensar en el impacto ambiental o en el que la industria hace a nivel humano. Solo tenemos que comprar.
¿Cómo afecta el Fast Fashion al medio ambiente?
Como hemos comentado anteriormente, la industria de la moda genera mucha cantidad de sustancias contaminantes. Las fabricas textiles, en su mayoría, consumen mucha materia prima y grandes cantidades de productos tóxicos como puedan ser el petróleo o el plástico. Las prendas se convierten en un desecho en pocos meses o con suerte en pocos años, lo que hace que generemos mucha basura contaminante para el planeta. Fibras sintéticas, plásticos y productos químicos que van acumulándose y generando un problema de cara al planeta tierra.
El impacto medioambiental de la industria textil en esto de la moda rápida es tan alto como lo pueda ser consumir comida envasada o los envoltorios de cualquier artículo que compremos. Además, debemos tener en cuenta el consumo de suministros como el agua, que, a fin de cuentas, es un recurso que puede llegar a acabarse en un futuro no tan lejano como creemos. Hay estudios que estiman que las emisiones de CO2 en unos años serán del 63% más que ahora y realmente eso es algo que el planeta no se puede permitir.
Otra cuestión importante es la de la explotación laboral. Al querer masificar la producción y posterior venta, muchas empresas de moda rápida sucumben a la mano de obra barata e incluso a la explotación infantil que, por desgracia, es aceptada en ciertos países subdesarrollados. Teniendo en cuenta que la venta tiene una larga cadena en la que entra el marketing, la fabricación y la distribución entre otras cuestiones, las empresas tienden a abaratar precios dónde pueden con el fin de seguir produciendo sin límite.
¿Cómo puedo saber si estoy contribuyendo a la moda rápida?
Es difícil saber a priori si somos consumidores de fast fashion o no lo somos, pero, sobre todo, lo complicado es darse cuenta de si lo hacemos porque la rapidez de la industria nos obliga o porque realmente somos compradores compulsivos.
Hagamos un poco de introspección y cuestionémonos ciertas cosas.
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¿Me importa mucho lo que la gente opine de mi vestimenta?
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¿Compro ropa nueva cada temporada? ¿Lo hago por moda, aunque no me guste demasiado la prenda?
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¿Tengo ropa similar, pero con sutiles diferencias en mi armario?
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¿Tengo idea de cómo cuidan las marcas el medioambiente y a sus empleados?
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¿Necesito toda la ropa que tengo?
Para saber si somos consumidores de moda rápida o no, estas son algunas preguntas que debemos respondernos a nosotros mismos de vez en cuando y, en caso de que no nos gusten las respuestas que nos damos, es el momento de hacer un cambio de mentalidad y de forma de consumir moda.
¿Cómo puedo evitar el Fast Fashion?
Para no contribuir a esta práctica hay una serie de pautas que debemos seguir o que tenemos que ir introduciendo en nuestra forma de comprar y consumir moda.
1- Compra solo lo que necesites
Compra sólo cuando realmente necesites algo. Si ves una prenda de ropa muy bonita, pero sabes que no es necesaria para tu vida o no la vas a usar, no la compres.
2- Ciclo de vida
Es importante saber el ciclo de vida de esa prenda. Si la producción ha sido respetuosa con el medioambiente o si los materiales son ecológicos. La ropa nos puede dar mucha información.
3- Ropa atemporal
Intenta que tus nuevas adquisiciones sean atemporales, es decir, que no tengan que pasar de moda. Unos jeans clásicos o unos colores que siempre van a ser tendencia son apuestas seguras. Cuanto más extravagante, más efímero. Recuerda, lo llamativo dura poco como tendencia.
4-Dona la ropa que ya no uses
Recicla la ropa que ya no uses.
5- Prioriza la calidad
Es mejor una prenda de ropa que te dure mucho tiempo a una que vaya a convertirse en basura en pocos meses. La durabilidad es importante para que la vida de la prenda sea larga y contribuyamos a una moda lenta y no contaminante.
Estos son algunos tips que seguir para cambiar nuestro consumismo textil e integrarnos en el mundo de la moda lenta. Desde Afrogorrión, estamos muy concienciados con el medioambiente y tenemos un principio muy claro con nuestras camisas: tienen la calidad suficiente para que las puedas usar durante años. Además, ponemos a disposición del consumidor toda la información sobre nuestra producción sostenible y nuestros tejidos.
¡Estamos aportando nuestro granito de arena para hacer de la tierra un lugar mejor! ¿Y tú, te unes a nosotros?
Por María R. Noa